¡La Democracia ha muerto!… ¡Viva la Dictadura! Bromas aparte,
1. De entrada a cualquiera le viene a la cabeza el interesantísimo debate (y posicionamiento político-filosófico, sin duda) de si el voto de cada persona vale lo mismo que el de otro. Recordemos que para los padres de la Democracia, los griegos, no era así.
2. Tampoco se nos escapa la idea de si votamos a personas o a ideas/partidos.
3. Aquéllos que defienden que se vota a partidos, también están defendiendo, indefectiblemente y aunque no lo pretendan, que se vota a programas electorales.
¡Y aquí es donde está la gran trampa!
Si se vota a un programa electoral, los elegidos tienen la obligación de cumplirlo, como mínimo, en un 50%. Si no lo hacen (porque no saben, porque las circunstancias sobrevenidas o encontradas, no son las que esperaban) deben reconocerlo y volver a convocar elecciones, rehaciendo su programa electoral para que los ciudadanos sepan lo que realmente van a hacer.
Cualquier otro tipo de acción no es sino DICTADURA PURA Y DURA: prometo hacer una cosa, pero luego hago lo que quiero con la excusa de haber sido elegido y, falsamente, legitimado por las urnas.Recordemos que actualmente estamos votando programas electorales, no a personas, no a esos que se escudan para no dimitir (que no es un nombre ruso, por mucho que algunos quieran pensarlo) en decir que están legitimados por las urnas, pero luego esgrimen el otro argumento para colocar de cabeza de lista a quien les parece, cuando cambian a un puesto superior, renegando de aquél para el cual han sido elegidos.Es decir, se puede recurrir al argumento de que se votan programas (y entonces habrá que convocar elecciones) o se recurre al de que la gente vota personas y habrá que cambiar la Ley Electoral en la línea de “listas abiertas”.
La realidad es que nunca hemos tenido Democracia. Esto se hace más patente
en épocas como las que vivimos, en las que cualquier circunstancia sobrevenida (no contemplada inicialmente por los «prometedores» electos) puede ser, sin la menor duda, consultada con el Pueblo mediante internet. Sí, Señoras y Señores que argumentan en contra de este sistema por la supuesta facilidad de «pucherazo». Si mi DNI electrónico o Firma electrónica sirven para enviar la declaración del IRPF o para recibir «fehacientemente» notificaciones de la Administración, (que habitualmente son multas), también debería servir para dar validez a mi voto electrónico sobre cualquier tema que deba ser discutido… en el Ayuntamiento de turno, en la Diputación pertinente o en el Congreso … ¡por supuesto que sí!
No hacerlo, hoy por hoy, es un ACTO DICTATORIAL, se mire como se mire.